Hacia finales de la década de los setenta y comienzos de los ochenta, el país se ve enfrentado por primera vez de manera impactante al problema de la drogadicción. Problema para el cual, como es lógico, la sociedad y la familia colombiana, e incluso los profesionales nacionales de la salud no estaban preparados. Es por ello, que al igual a lo sucedido en otros países, las primeras formas de tratamiento fueron asumidas y orientadas por espontáneos, por personas con buena voluntad, pero sin la formación profesional adecuada, por lo cual resultaba en extremo intuitiva.

Es entonces cuando algunos profesionales colombianos (psicólogos, médicos, trabajadores sociales, entre otros) se dan a la tarea de formarse en este campo, para además de poderle prestar al paciente drogodependiente una atención adecuada y digna, y brindarle la asistencia interdisciplinaria requerida. Como consecuencia de ello, los nuevos servicios  de atención que crean estos profesionales, desplazan a los anteriores y llenan así el vacío existente hasta ese momento en la prestación de este importante servicio de salud para el país.

A partir de esto, la sociedad colombiana comenzó a cambiar los prejuicios acerca del problema de las drogodependencias y el alcoholismo, y empezó a entenderse como un problema de salud, que debía ser atendido y manejado por profesionales especializados.

Es en este contexto que nace la FundaCreSer con su servicio de atención de drogodependencias. 

FundaCreSer remonta sus orígenes a los programas de tratamiento de drogodependencias que el Dr. Miguel Bettin con la colaboración de otros profesionales de la salud, llevaron a cabo a través del servicio de urgencias de la Clínica San Pedro Claver del Instituto de los Seguros Sociales (I.S.S) a partir del año 1.984. Allí se brindaba tratamiento psicoterapéutico individual, grupal y familiar a muchas personas abusadoras o dependientes de sustancias alteradoras anímicas, que requerían atención de urgencias como consecuencia del consumo.

Posteriormente y hasta casi finalizar la década de los ochenta, el servicio se siguió prestando a través de clínicas privadas (El Bosque, La Fragua, Palermo) y de forma ambulatoria en consulta psicoterapéutica.

Hacia el año 1.989 la Fundación CreSer, establece su centro principal de tratamiento en el barrio Santa Bárbara en Bogotá.

La Fundación Creser ha desarrollado a lo largo de la historia programas y campañas de prevención en instituciones educativas (colegios, universidades e institutos tecnológicos), así como en empresas y comunidades. En tal sentido la Fundación Creser por medio de su director y un equipo de sus profesionales ha liderado proyectos preventivos para ciudades colombianas, como fue el programa Vivir ConSentidos creado por la Fundación CreSer para Bogotá, y que fue galardonado por la Corona y la Cruz Roja española.

En los últimos años la Fundación CreSer ha venido atendiendo también con su experimentado equipo de profesionales (Médicos, Psiquiatras, Psicólogos, Enfermeros, Terapéutas Ocupacionales, Trabajadores Sociales, entre otros) de manera preventiva y psicoterapéutica otros trastornos mentales y del comportamiento a través de la Clínica Laing, el Centro Luria y el Centro de Atención Santa Bárbara.

La Fundación CreSer brinda diariamente asesoría psicoeducativa y psicoterapéutica a decenas de familias colombianas.