1. Tenga en cuenta que el problema de su familiar adicto es una enfermedad. No es una debilidad en su voluntad, no es un problema moral; es una enfermedad neuropsicológica que lo lleva a repetir una y otra vez una conducta que lo lesiona, pese a que en realidad él no lo desea hacer y le trae consecuencias adversas.
2. Busque un momento y un lugar adecuado para hablarle, y exprésele de manera clara todo el dolor, la tristeza, la frustración y aun el disgusto que usted siente por su conducta adictiva. No lo haga cuando esté bajo los efectos de la sustancia. Mucho mejor si puede hablarle en compañía de otras personas que para él sean importantes, en cuyo caso reúnanse previamente y a acuerden lo importante que es hablarle del profundo afecto que le tienen, pero también del malestar y el dolor que les produce su conducta.
3. Hágale claridad en qué no está dispuesto a seguir tolerando que su conducta lo autodestruya. Que no seguirá permitiendo que su comportamiento lo arrastre emocionalmente con usted y el resto de su familia. ¡Cumpla con la anterior solicitud!
4. Bríndele una salida "Llámenos"
5. Muéstrese dispuesto a acompañarlo en un tratamiento para abandonar su adicción.